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viernes, 8 de agosto de 2014

Tan solo Cobertura. 2 Reyes 10.

Cuando nosotros compramos un pastel o un ponqué el panadero nos ofrece una gran variedad de coberturas. Chocolate, vainilla, coco. Etc. 
Esto quiere decir que el chocolate cubre la masa que compone el ponqué. Por fuera tiene un sabor pero por dentro solo puede ser masa o tener un sabor muy diferente al que tiene la cobertura.
En lo espiritual la cobertura tiene que ser la protección de Dios sobre nuestra vida y no tan solo un lavado externo de santidad.
Lo que hay en nuestro corazón es lo que tiene que mostrarse en nuestro exterior a través de nuestros actos o comportamiento. Mateo 15: 18 “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre.
De la abundancia de nuestro corazón es lo que se tiene que ver por fuera. Lucas 6: 45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Jehú fue un buen rey destruyo a Acab tal como se lo mando Jehová. 2 reyes 10: 10-11 “Sabed ahora que de la palabra que Jehová habló sobre la casa de Acab, nada caerá en tierra; y que Jehová ha hecho lo que dijo por su siervo Elías. 11 Mató entonces Jehú a todos los que habían quedado de la casa de Acab en Jezreel, a todos sus príncipes, a todos sus familiares, y a sus sacerdotes, hasta que no quedó ninguno.
También acabo con el culto a Baal. V 25- 26 “Y después que acabaron ellos de hacer el holocausto, Jehú dijo a los de su guardia y a los capitanes: Entrad, y matadlos; que no escape ninguno. Y los mataron a espada, y los dejaron tendidos los de la guardia y los capitanes. Y fueron hasta el lugar santo del templo de Baal, 26 y sacaron las estatuas del templo de Baal, y las quemaron.
Al mirar a Jehú no hay duda que podemos decir que era un gran siervo de Jehová. Era tan celoso que podríamos decir que rayaba en ser sanguinario. Era muy exigente cuando mandaba a destruir a los que adoraban a dioses falsos. V 24 “Y cuando ellos entraron para hacer sacrificios y holocaustos, Jehú puso fuera a ochenta hombres, y les dijo: Cualquiera que dejare vivo a alguno de aquellos hombres que yo he puesto en vuestras manos, su vida será por la del otro.
Muchas veces nosotros como cristianos criticamos a todo aquel que se desvía del camino de Jehová y somos casi sanguinarios con ellos defendemos la santidad a capa y espada. Esto nos hace ver como los más fieles y obedientes. V 30 “Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta generación.
Jehú era muy celoso de los mandamientos de Dios pero tenía un gran defecto que convertía su celo tan solo en una simple cobertura de santidad. V 29 “Con todo eso, Jehú no se apartó de los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel; y dejó en pie los becerros de oro que estaban en Bet-el y en Dan.
Jehú obedecía muy bien a Jehová en cuanto a no permitir que otros desobedezcan a Dios. Lo malo es que él tenía un corazón idolatra. V 31 “Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había hecho pecar a Israel.
Puede ser que de alguna manera prestemos un servicio ejemplar a Dios delante de todos los que nos ven. Pero que en nuestro corazón todavía tengamos guardadas las malas costumbres del mundo. O lo que es peor puede ser que sirviendo a Dios todavía en nuestro corazón haya malos deseos. Que todavía anhelemos los deseos de la carne.
Pablo sabía que mientras estemos en este mundo tendremos luchas con nuestros deseos carnales.
Pablo era consiente que para poder mantenerse limpio delante de Jehová era necesario obligarse así mismo a no caer. La guerra con santas esta en doblegarnos a nosotros mismos y nuestros malos deseos. 1 Corintios 9: 27 “sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.
Cuando dedicamos nuestra vida a servirle a Dios quiere decir que estamos de pie es en este momento es cuando más nos tenemos que cuidar de no caer. 1 corintios 10: 12 “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
Todos queremos servirle a Jesucristo pero para lograrlo de la manera como él quiere se necesita de mucho esfuerzo. Ser santo en nuestras fuerzas es imposible si lo quieres lograr es necesario que te dejes guiar por el espíritu santo.