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jueves, 14 de agosto de 2014

No te escondas de Jehová. 2 Reyes 17.

Al escuchar este título podríamos decir que es algo ilógico, como podemos escondernos de Jehová, en verdad es ilógico pero la verdad es que muchas veces como hombres creemos que podemos escondernos de Dios. Este fue el caso de Adán y de Eva ellos creían que después de haber pecado podían esconderse de Dios. Génesis 3: 8 “Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.
Tal vez podríamos pensar cómo es posible que se escondan y todavía en unos árboles.
El pueblo de Dios también pretendía hacer cosas a sus espaldas. V 9 “Y los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra Jehová su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas” y ellos no eran los únicos Jonás también trataba de huir de Dios. Jonás 1: 3- 10 “Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Tal vez nosotros nos escandalizamos al oír de estas personas. Y nos preguntamos cómo es posible que pretendan hacer cosas a escondidas de Dios. Nosotros creemos que Dios está en todas partes.
El problema es que muchos de nosotros creemos que Dios está en todo lugar para protegernos pero se nos olvida que si él está para protegernos también lo está cuando hacemos cosas malas.
Dios sabe todo de nosotros. Salmos 139: 2-3 “Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos. 139:3 
Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te son conocidos.” Dios conoce nuestros pensamientos. Salmos 139: 4 “Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda
De Dios no nos podemos esconder.  Salmos 139: 7- 12 ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a  dónde huiré de tu presencia?139:8 Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. 139:9 Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo del mar, 139:10 Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu diestra. 139:11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. 139:12 Aun las tinieblas no encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo te son las tinieblas que la luz.
Lo mejor no es escondernos lo mejor es confesar nuestro pecado. V 13 “Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.
De nada sirve temer a Jehová pero honrar a los dioses falsos. V 33 “Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.” podemos temer a Jehová pero tener otros dioses como el dinero, la familia, el trabajo. Etc.
Cuando llegue el desánimo a tu vida acuérdate de donde te saco Dios y siempre piensa que si él te rescato una vez podrá hacerlo ahora otra vez. V 36 “Mas a Jehová, que os sacó de tierra de Egipto con grande poder y brazo extendido, a éste temeréis, y a éste adoraréis, y a éste haréis sacrificio.
Si quieres tener éxito en la vida:
1. Nunca te apartes de los mandamientos de Dios. V 37 “Los estatutos y derechos y ley y mandamientos que os dio por escrito, cuidaréis siempre de ponerlos por obra, y no temeréis a dioses ajenos.
2. Acuérdate de las promesas que él te ha hecho. V 38 “No olvidaréis el pacto que hice con vosotros, ni temeréis a dioses ajenos;
3. Temed solo a Jehová. V 39 “más temed a Jehová vuestro Dios, y él os librará de mano de todos vuestros enemigos.” No dejes que el miedo a los problemas te desanimen y te hagan buscar a otros dioses.
Cuál es tu Dios estás seguro que es Jehová. No te escondas tras los arboles del pretexto, del miedo, de los traumas. Deja de honrar a dioses como la pereza, el desánimo. etc. Y todo lo que hagas te saldrá bien.